martes, 8 de febrero de 2011

MARAS Y PANDILLAS

MARAS Y PANDILLAS. Comunidad y política en Centro América. ASDI Y BCIE
Es un estudio que hacen el Doctor Juanjo Medina y el Doctor Pedro Matéu Gelabert, es un estudio minucioso que se hace de las maras y pandillas, muy realista por cierto, y se toma como referencia a los países de Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, este fenómeno no es algo nuevo, es una preocupación pública que ha movilizado a las autoridades de todo el mundo, ciudades, gobiernos, organismos nacionales e internacionales, en donde han tratado de entender y responder de manera apropiada, sin embargo, esto no ha sido nada fácil.
En nuestra sociedad, los jóvenes, en su mayoría, tratan de buscar que identificarse con un estilo de vida con el que sientan que son tomados en cuenta realmente. Es por esta razón que cada vez más jóvenes buscan una solución en el pandillaje. Este es uno de los problemas sociales que aqueja más a la sociedad donde actúan un grupo de adolescentes que se enfrentan a problemas comunes y comparten los mismos intereses
En Guatemala, este fenómeno surge en el año de 1985, también este fenómeno se incrementa en 1992, con la legislación de deportación en Estados Unidos y Canadá. La Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y la Responsabilidad de los Inmigrantes de Estados Unidos, promulgada en 1996, realizó importantes cambios en el régimen de deportación, reduciendo enormemente las apelaciones y ampliando la definición de delitos graves con agravantes deportables para incluir una gama de delitos menores. Desde entonces, Estados Unidos comenzó a deportar a los inmigrantes indocumentados muchos de ellos con condenas penales de regreso a su región.
Es un problema sumamente complejo, el cual se advierte, desde la diversidad de calificativos que han surgido para identificarlo como, establecer una definición común del término mara o pandilla pues existe una creciente colección de sinónimos aproximados y palabras para dar una definición de mara o pandilla como: agrupaciones juveniles estables con una identidad grupal construida a través de la participación en actos violentos y que ofrecen patrones de identificación a sus miembros que les permite organizar su vida cotidiana con ropas de colores diferenciados y exclusivos con los tatuajes como símbolos de identidad, con tres puntos en el brazo o entre los dedos pulgar e índice que significa, dinero, drogas y mujeres, las cruces en el pecho o las lágrimas en los ojos que indican  el número de muertos y con clásicas leyendas en el pecho o en la espalda. Vemos entonces  que es un fenómeno multicausal, estrechamente ligado a factores políticos, económicos, sociales, culturales, familiares, urbanísticos y hasta coyunturales.
Según John Hagedorn, las principales causas atribuibles  a la proliferación de las maras o pandillas, son: 1). La urbanización sin precedente que se ha generalizado en todo el mundo, toda aquella población migrante hacia las ciudades o centros. 2). La retirada del estado como consecuencia de políticas neoliberales y el recorte de políticas asistenciales, esto ha debilitado a las instituciones que prestan su servicio social a toda la población y las hace incapaces de gobernar a esta juventud carente de valores y principios, lo cual provoca una serie de vacíos y son ocupados por pandilleros. 3). El fortalecimiento de identidades culturales alternativas  que se ha convertido en un método de resistencia a la marginación en los jóvenes, siendo la pandilla una identidad cultural alternativa. 4). Los crecientes grados de desigualdad y marginación de sectores en la sociedad. Y 5.) Los flujos migratorios ligados a estos procesos económicos que han contribuido  a minorías étnicas y  de inmigrantes que son marginados.
Por otra parte vale la pena mencionar otros factores que son muy comunes y frecuentes en nuestro país como: El debilitamiento de las familias en la transmisión de principios y valores morales, producto de la desintegración familiar. En segundo lugar el ámbito comunitario donde crecen los jóvenes, estableciendo que la mayoría de zonas donde se proliferan las pandillas son áreas urbano-marginales, caracterizadas por el hacinamiento  o aglomeración, motivando a que los jóvenes pasen más tiempo en la calle. Otra característica es la insuficiencia de servicios, condiciones sociales y de vida necesarias para un adecuado desarrollo. A continuación se describirán algunas características que coadyuvan al ingreso de los jóvenes a las maras o pandillas: La exclusión del sistema educativo. El individuo abandona la escuela antes de adquirir las habilidades básicas para desempeñarse como un ciudadano de principios y desempeñarse en un mundo competitivo, lo cual lo excluyen  o marginan, esto como producto de la desintegración familiar. La falta de oportunidades laborales.  La mayoría de pandilleros no trabajan y otros lo hacen de manera informal o esporádica,  sin que el trabajo un progreso para insertarse de manera proactiva y productiva. La cultura de la violencia. Esta es una práctica frecuente en los jóvenes en diversos contextos, por ejemplo, la violencia intrafamiliar (agresiones verbales y físicas como elemento para educar a los hijos). La violencia en los medios de comunicación. Muchas veces los medios de información presentan en forma exagerada la violencia y esto trae como consecuencia actitudes a la defensiva, teniendo que responder de manera violenta. Finalmente problemas en la conformación de la personalidad.  Por ejemplo la ausencia de la práctica de valores morales o la ausencia de modelos positivos de conducta, tanto en la familia como en el contexto que los rodea. Concluimos entonces que las principales causas de la maras o pandillas son: la desintegración familiar, el abandono y pérdida de valores morales,  actualmente tienen como objetivo primario el provecho material, para ello emplean la extrema violencia, el uso de drogas, y todo tipo de acciones criminales que justifiquen su fin. Se trata de poner a luz esta información a fin de crear políticas que ataquen frontalmente dicho flagelo y que los gobiernos asuman su responsabilidad a fin de promover normas que devuelvan a toda la población esa sensación de seguridad. Existe falta de consenso en cuanto a la mejor manera de responder a este flagelo que  provoca un impacto social en nuestro país.

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